Los tratamientos psicológicos eficaces para el trastorno de pánico.
El trastorno de pánico produce un agotamiento emocional alarmante para la persona que lo padece ya que pone en alerta constante al individuo. Percibir el mundo como una amenaza o con miedo es terriblemente inaguantable. Pero vamos a especificar qué es el trastorno de pánico y cómo combatirlo. Para identificar como tal el trastorno de pánico es necesario, ante todo, la visita a un profesional de la salud mental.
Algunos signos que pueden desencadenarlo son la carga genética, el estrés continuo por asuntos emocionales o de trabajo, personalidad nerviosa y o ansiosa, cambios bruscos en la vida cotidiana, traumas que se arrastran desde la infancia o juventud, etc. El individuo que padece el trastorno de pánico puede sentir la llegada de los síntomas (desencadenado por una situación particular que lo pone en alerta, por ejemplo viajar en barco, avión, tren, conducir un vehículo o estar rodeado de una multitud: en el cine, centros comerciales, conciertos) o por el contrario y sin sobre aviso tener una crisis con inmediatez en cualquier circunstancia, sintiendo que el miedo traspasa límites insospechados. Los síntomas más notorios son: sudoración, temblores, náuseas, presión en el abdomen y pecho, hormigueos en manos y pies, sensación de ahogo, palpitaciones, miedo incomprensible, necesidad de echar a correr y huir, sensación de muerte o sensación de que se puede volver loco… Además la persona afectada piensa que no va a poder recibir la ayuda que necesita (nada más lejos de la realidad).
El trastorno de pánico limita el día a día del enfermo, y si no es tratado por un psiquiatra puede empeorar y derivar su trastorno en una limitación importante de su actividad social, ansiedad u otras patologías. El aislamiento suele ser el punto significativo de la persona cuando cree que no tiene salida, pero sí que la hay y su médico de salud mental podrá ayudarle a tener de nuevo calidad de vida y reducir poco a poco los episodios de trastorno de pánico.
La herencia genética y los trastornos mentales