TRASTORNO DE IDEAS DELIRANTES, DISTORSIÓN DE LA REALIDAD
Somos bombardeados constantemente por imágenes, creencias y todo tipo de deseos en una sociedad que recurre a la inmediatez de las redes, un mundo cargado de estímulos que despierta emociones. Interiorizar tanta información, con prudencia y ajustándose a la realidad es lo común y normal. Pero cuando el individuo queda atrapado en determinadas creencias, comienza un arduo camino de pensamientos insospechados que lo lleva a distorsionar la realidad e interpretarla erróneamente, desequilibrando su vida en todos los ámbitos, son las llamadas ideas delirantes. No hay previo aviso en la aparición de este trastorno, por lo que hay que tomar medidas con inmediatez pues existe, en gran medida, la sospecha de que hay un trastorno delirante en la persona afectada.
Trastorno delirante: síntomas, tipos de delirios, tratamiento
Las ideas delirantes aparecen por lo general en personas de mediana edad y se relaciona con síntomas de la menopausia (mujeres) y andropausia (hombres) y suelen ser provocados, como causas comunes, por la falta de seguridad en sí mismos, la baja autoestima o la soledad y puede asociarse al síndrome depresivo, son motivos suficientes para comenzar una obsesión focalizada.
Los más frecuentes tipos de delirio son:
- La Celotipia. En la celotipia, por ejemplo, si el individuo tiene pareja comenzará a sentirse atraído por la idea constante (y se sienten totalmente convencidos) de que ésta le está siendo infiel a todas horas, siente que el vínculo se rompe y trata de enfrentar dicha idea delirante tratando de controlar en todo momento los movimientos del otro, la desconfianza se instala en su vida, llegando a dejar de realizar sus propias actividades y convirtiendo su vida en un círculo que gira alrededor de su pareja. El sufrimiento es constante tanto para el enfermo como para su entorno.
- La Erotomanía. En la erotomanía las redes sociales pueden jugar un papel importante, es la puerta (sin ser la causa) para que personas con trastorno de ideas delirantes, sientan que están atrapados en un mundo monótono y cruel, y puedan entrar en el “juego” de la erotomanía: una de las más comunes situaciones es la que provoca el propio afectado pues comienza a sentir una ilusión exagerada de querer ser amado, se siente esperanzado con el sujeto que acaba de conocer a través de las redes, llegando a colmarlo de elogios arrebatados; tras un tiempo cae en la fase de despecho, pues el enfermo siente que no es correspondido, y por último siente un rencor exagerado hacia el otro individuo. La genética y componentes ambientales (el estrés, la soledad, frustraciones, etc.) estimulan el trastorno de ideas delirantes.

El delirio somático. En el delirio somático podemos mostrar algunos ejemplos: la persona cree que su cuerpo tiene deformaciones, que huele mal, que tiene parásitos que lo están destrozando, o cree que ha sido manipulado por médicos y por lo tanto piensa que le falta algún órgano interno.
El trastorno de ideas delirantes puede controlarse a través de un médico de salud mental, psiquiatra. Tras un previo estudio el médico podrá analizar las causas de su trastorno y administrar al paciente las dosis necesarias de fármacos, así el enfermo podrá llevar una vida bastante normal y sin sufrimiento infundado.