En Psiquiatras Las Palma tratamiento del trastorno bipolar, dos caras en una vida
El trastorno bipolar no da tregua al paciente, se adueña de sus emociones por etapas haciendo tambalear el equilibrio entre alegría y tristeza. Debido a esas alteraciones, al enfermo se le diagnosticará la enfermedad según unos puntos inflexibles de actitud, siendo la farmacología un aliado de por vida. El individuo se sumerge por semanas en un estado de euforia muy relevante que sustituirá hacia un estado de tristeza y desesperación muy evidente, transcurrido ese tiempo.
En la fase de euforia (episodio maníaco) el nivel de energía es muy alto, el paciente se siente casi invencible, duerme poco, está nervioso, siente que los demás no van a su ritmo, ve alterada su realidad creyendo que todo está al alcance de sus manos, a veces está muy alegre y otras bastante irritable, puede gastar cantidades desorbitadas de dinero, habla con mucha rapidez y siente que sus pensamientos lo superan, etc. Y así durante 2 semanas o más.

En la fase depresiva (tristeza desmedida) la persona afectada se siente vacía, tiene lagunas mentales con pérdidas de memoria, su energía ha decaído por lo tanto está muy cansada, piensa en acabar con su vida en diferentes momentos del día, pierde el apetito o come convulsivamente, pasa la mayor parte del tiempo acostado sin ganas de nada y sin disfrutar de su entorno, habla poco o habla apenas y tiende a mirar hacia un punto fijo. Y como en la fase de euforia puede está inmerso en este estado durante 2 semanas o más. En esta situación la familia debe responder con suma rapidez e informar al psiquiatra de la situación o llevar al paciente a la consulta.
La familia debe estar presente y colaborar para que el enfermo pueda estar lo menos estresado posible, la comprensión y el cariño son fundamentales junto a la farmacología prescrita por el psiquiatra.
La estabilidad puede mantenerse durante meses o años (la eutimia) siempre que se siga con la medicación que el psiquiatra ha autorizado, y según sea la evolución el tratamiento se va ajustando la medicación. Es importante observar al paciente con asiduidad para reconocer el comienzo de la fase de cambio emocional e informar al especialista.