Depresión: causas genéticas de la depresión
No existe una edad específica para que comiencen a manifestarse los primeros síntomas de la depresión. La persona que comienza a exhibir sus síntomas lo suele hacer a través de pequeños grados de tristeza que se van incrementando con los días, falta de ánimo, falta de apetito, pensamientos repetitivos de culpa, sensación de agotamiento físico incluso realizando tareas que no requieren gran esfuerzo, malestar general, apatía, tristeza que se va intensificando, búsqueda del aislamiento, irritabilidad aparente en algunos casos.
En muchas ocasiones estos síntomas se inician en edades adolescentes pero el afectado/a no comenta su situación sino que tiende a aislarse. Normalmente podemos decir que aquí puede existir una carga/herencia genética encubierta, cuyo detonante puede ser debido a circunstancias estresantes relacionadas con cuestiones personales, ya sean familiares, de pareja y o laboral. En algunas ocasiones estos síntomas se reducen pero con el paso de los años vuelve a la carga toda la suma de síntomas incrementados (como una gran bola de nieve que pretende aplastarle) su aparición hace que se despierte (por así decirlo) la carga genética que siempre estuvo ahí dormitando.
Factores biológicos (como pueden ser los cambios hormonales así como cambios en receptores cerebrales como la serotonina y otros, además de mostrar una gran relevancia genética) y cambios en la personalidad, sobre todo en los mecanismos de defensa ante cualquier circunstancia, puede llevar a la persona afectada a una situación tan estresante al no saber qué le ocurre y sentir que su estado se vuelve recurrente una y otra vez. En algunos casos el sentimiento de culpa es tan grande que la persona no descarta el suicidio.
Es muy importante recurrir a un profesional de la salud mental que diagnostique (previo estudio) al paciente para no dejar avanzar a la depresión y pueda ser controlada en todo momento. El psiquiatra sabrá cómo equilibrar al paciente y ayudarlo a llevar de nuevo una vida plena.