¿La ansiedad puede tener consecuencias negativas para la salud a largo plazo?
Como bien sabemos, la ansiedad es “un mecanismo de defensa” ante una situación que consideramos que va a ser comprometida para nuestra salud, pero que si se acrecienta, rompe el equilibrio emocional. El pensar que una situación venidera va a influirnos negativamente en nuestras vidas puede ser un detonante para que aparezca la ansiedad, digamos que a niveles extremos como respuesta; entonces la catástrofe se instala en el día a día y las ilusiones comienzan a disminuir, se instala la aprensión en el cuerpo y los miedos aparecen una y otra vez. Se puede decir que la ansiedad nos domina y nos paraliza ante las situaciones, alterando el equilibrio vital de la existencia, provocando un descontrol en las reacciones o actitudes del individuo.
La ansiedad nunca está sola, lo que quiere decir que hay detonantes o desencadenantes emocionales que provocan esta reacción irracional. Por lo general, la ansiedad domina a la persona, mermando su capacidad de respuesta coherente. La importancia de averiguar qué es lo que ha causado que la reacción sea tan exagerada y altere la convivencia, es lo que el individuo necesita averiguar. Pero para llegar a un estado de comprensión la persona necesita conseguir estabilidad emocional. El profesional de la salud mental, en este caso el psiquiatra, estará facultado para poner en orden cada aspecto desagradable y corresponder a estabilizar el equilibrio, desmenuzando con cautela el pasado, concretamente el aprendizaje que ha sido transmitido en su crianza (etapa infantil); debe aprender además a estar en el presente para que el futuro sea estable en la persona, siempre con la ayuda del psiquiatra.
Normalmente la ansiedad no es más que la punta del Everest, que nos indica que algo no funciona bien en el avance cotidiano. Para vivir en armonía, primero hay que curar viejas heridas, desintoxicar la mente de pensamientos extremos y fluir con normalidad. Pero para conseguir ese estado, primero debemos quitar el desorden que hace que nada esté en su lugar.
Por lo general no somos conscientes de que el aprendizaje de inseguridades, así como el contexto que nos rodea, provoca alteraciones que se muestran en los momentos menos indicados, todo se vuelve desbordante. Por ejemplo, ir en el coche y el cerebro nos manda el aviso de que se va a producir un desastre en la carretera, el cuerpo reacciona incitando al individuo y provoca que la respuesta sea negativa y exagerada.
Por otra parte, si no hacemos frente a la ansiedad que nos controla, más temprano que tarde se puede agravar el problema y el paciente puede caer en una crisis de angustia e incluso llegar a sentir agorafobia. Por lo tanto, es necesario acudir al profesional de la salud mental.
Cuando la ansiedad domina tu vida
¿Por qué siento una constante ansiedad?
Acabar con la Ansiedad y restablecer la normalidad
El ímpetu por trabajar quedó atrás, la ansiedad no me deja avanzar