Hablamos sobre los trastornos de ideas delirantes y su expresión más común.
Debemos definir primeramente qué es un delirio. En el delirio el individuo cree, de manera obcecada y obsesiva, en una creencia irreal y sin escuchar a su entorno. Esta es la base más común de un trastorno delirante.
¿Por qué se produce un trastorno delirante?
Puede aparecer un trastorno delirante debido a diferentes factores, ya sea por ingesta de alcohol desproporcionada o constante, por motivos biológicos a nivel cerebral, por infecciones urinarias, por genética, etc. Además los trastornos delirantes forman parte de una gran variedad de trastornos: paranoides, afectivos y de personalidad.
Siempre se recomienda a las familias acudir al médico de salud mental cuando nota ideas delirantes pues ayudarán a poner freno a la aparición de estos delirios y así mantendrán estabilizado al afectado bajo la supervisión de un psiquiatra que hará todo lo posible para que el enfermo esté controlado y bien.
En los trastornos delirantes existen tipos de delirios y a su vez todo gira en torno a pensamientos delirantes.
Los delirios paranoides: la persona afectada cree que otras personas quieren causarle daño ya sea del tipo físico, social o psicológico. El afectado cree firmemente que existe una conspiración contra él/ella, ya que piensa firmemente que alguien conocido o desconocido quiere infligir un daño extremo a su ser, que lo quieren asesinar, que conspiran contra él o ella para echarlos del trabajo o que simplemente quieren dañar su imagen.
El delirio erotomaníaco: se caracteriza por tener la certeza el individuo de que alguien está enamorado con profundidad de éste. Lo curioso de este caso es que el afectado/da no ha mantenido contacto, o ha sido mínimo éste, y por lo general suele ser con personas de estatus social elevado o famosas.
El delirio de grandeza: la persona que lo padece está convencida de que posee poderes extraordinarios que lo distingue de los demás o que tiene habilidades especiales, que piensa que está por encima de los demás en conocimientos, o simplemente que es un ángel en la tierra, etc.
Los delirios metacognitivos: la persona que lo sufre cree firmemente que puede leer el pensamiento de otros, o que otros le van a robar sus pensamientos e ideas. La desconfianza es suprema ante sus congéneres.
Los delirios celotípicos: la persona tiene la convicción firme de que su pareja le está siendo infiel, incluso sin tener muestras de ello. Cree que toda aquella persona que muestre un interés por su pareja tiene la intención de enamorarle. Se ajusta a las inseguridades que presenta la persona afectada.
El delirio somático: estas personas creen que tienen un defecto muy acusado a nivel físico. Se obsesiona de manera compulsiva, hasta llegar a realizar operaciones estéticas para cambiar su aspecto. Por otro lado, son aquellas que creen tener problemas médicos constantes.
¿Cómo tratar los trastornos delirantes?
El tratamiento de los trastornos delirantes debe incluir una medicación prescrita por el/la psiquiatra y que vaya ajustando las dosis poco a poco y, por otro lado, debe existir un diálogo y plena confianza entre dicho especialista y paciente, de esta forma el enfermo adquirirá las herramientas necesarias para poder hacer frente a dicha afección y normalizar su situación.
Para una correcta evolución es necesario que la persona sea consciente de su estado y acepte la irrealidad de su situación y que el psiquiatra capte cuales son aquellas situaciones que producen distrés y que desencadenan dicho delirio para poder profundizar en su desarrollo positivo de aceptación e interiorización.
Los trastornos delirantes pueden estar implicados en la depresión, ansiedad, trastorno bipolar, etc. Y hay que tener en cuenta que sobre todo se presentan en la menopausia y en el climaterio.
Recuerda que nada se produce al azar y que todo tiene una explicación. El psiquiatra ayuda a normalizar y encajar esas piezas que pueden quedar sueltas y aisladas y que trastornan la vida de cualquier persona que necesita su actuación.