El Trastorno Obsesivo Compulsivo, la necesidad de quedarse en un bucle
Ante los demás puede parecer que la persona afectada con el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) tiene una gran falta de inseguridad a través de su insistencia en repetir movimientos, así como el impulso de decir palabras inadecuadas, la idea de realizar lo que el pensamiento le impone (aunque sea un disparate) y siempre a través de actos involuntarios que molestan al paciente pero que éste no puede dejar de hacer una y otra vez, pues la actitud resulta ajena a la voluntad, como si de un ritual se tratase. Algunos ejemplos de ello son: asegurar que las puertas del coche están cerradas y dar tres vueltas alrededor de éste para comprobarlo; abrir y cerrar la puerta de la entrada del hogar varias veces; encender y apagar las luces un determinado número de veces; repetir palabras y preguntas con obstinación; rebuscar en el bolso una y otra vez objetos determinados; colocar reiteradamente su pelo; tocar un instrumento musical reiterando las mismas notas; alinear objetos por colores y tamaños; perfeccionar la limpieza de un habitáculo y revisarlo una y otra vez; hacer movimientos de aleteo con los brazos; no pisar determinadas líneas de la acera; etc. El individuo con TOC persevera en su empeño por tenerlo todo controlado sin llegar a percatarse de su estado obsesivo. Estas acciones repercuten negativamente en la calidad de vida del paciente a todos los niveles. Simplificar las acciones es casi imposible y el enfermo cae en un bucle de actitudes incontroladas y rebeldes.
Diagnóstico del trastorno obsesivo compulsivo (TOC)
¿Pero por qué la persona siente la necesidad de reiterar acciones? En el cerebro del paciente aquejado con Trastorno Obsesivo Compulsivo, aparecen ideas absurdas o carentes de significado lógico (éstas son las obsesiones) y para poder controlar dichos pensamientos siente la necesidad de evadirse a través de movimientos o palabras malsonantes que deben reiterarse (compulsiones) y que en cierta manera alivian la ansiedad manifestada por su descontrol mental.
Por todo ello es necesario que la persona tenga todo el apoyo posible por parte de sus familiares y que exista un control farmacológico a través del profesional de la salud mental (psiquiatra), quien tras hacer un estudio previo de la herencia genética podrá tomar las medidas cautelares para ayudar al paciente a controlar su trastorno.