Cuando la ansiedad toma las riendas de tu vida cotidiana altera exageradamente tu vida laboral.
Pasar de ser una estrella al estrellato, así es como se siente mucha gente al tener que enfrentarse cada día a su trabajo. En ocasiones, sin motivos aparentes, la impetuosidad y el buen hacer en los logros profesionales se transforman en un arma de doble filo, convirtiendo al trabajador en cazador y presa de sus propios objetivos; esta sensación de sentirse atrapado por las circunstancias lo lleva a un estado de ansiedad que poco ayudará para que se manifieste un cambio en su penosa actitud cotidiana. Normalmente las personas que caen en este tipo de situaciones demandan una serie de exigencias en sus vidas que mantienen los pilares de su estructura mental, pero si su fortaleza se tambalea (al contrario de lo que piensan los que les rodean) con el más mínimo cambio inesperado, se producen verdaderos estragos en su rendimiento y su actitud, llegando incluso a rechazar o detestar su puesto de trabajo. Cada día que pasa es la suma de un deterioro de conocimientos, previamente adquiridos en sus tareas y su mundo se vuelve oscuro, y sin aparente salida, tomando el aspecto de un bucle sistemático por excelencia. La necesidad de querer salir debe pasar por solicitar ayuda a un profesional de la salud mental que le ayude a “desactivar” los pensamientos negativos que atraen al paciente frente a sus tareas cotidianas, a través de la correspondiente medicación y seguimiento, en este caso del psiquiatra.