Aprendamos a distinguir entre el trastorno de ansiedad y la depresión. Las diferencias más notables
Teniendo en cuenta que nuestra mente puede padecer de alteraciones en un momento dado por las circunstancias, vamos a instruirnos y aprender a distinguir entre lo que es un trastorno de ansiedad y lo que significa sufrir de depresión.
Síntomas del trastorno de ansiedad:
Los siguientes síntomas sólo se producen cuando se activa el mecanismo de la ansiedad.
Taquicardia (aumento del ritmo cardiaco).
Respiración acelerada con síntomas de ahogo.
Dificultad para respirar y dolor en el pecho.
Creer que está teniendo un ataque al corazón.
Pánico y sensación de un miedo terrorífico.
Sensación de muerte o de que se va a volver loco.
Sudoración fría.
Temblores en manos y piernas con pérdida de fuerza.
Dolor en el abdomen.
Mareos con tendencia al desmayo.
Puede haber alteración de la realidad o no.
Hormigueos en las extremidades.
Dificultad para conciliar el sueño.
Todos estos síntomas son las reacciones como respuesta a diferentes situaciones que provoca el trastorno de ansiedad: estrés descontrolado y constante, padecer de fobias (ya sean sociales u otras), no saber afrontar situaciones traumáticas, etc.; provocando todos estos detonantes que caracterizan a la ansiedad.
El trastorno de ansiedad puede poblar nuestra mente y adueñarse de nuestro cuerpo en diferentes ocasiones y en cuestión de minutos. Es muy importante aprender a detectar a tiempo los primeros síntomas de aparición y contar con la ayuda de profesionales de la salud mental. El psiquiatra podrá valorar hasta qué punto está influyendo en la vida cotidiana del afectado y recetar el fármaco adecuado para controlar y calmar los ataques por ansiedad, así el paciente podrá seguir adelante con su vida y normalizarla.
Síntomas de la depresión:
Los siguientes síntomas depresivos se producen a diario en mayor o menor medida.
Al despertar muy temprano no podrá volver a conciliar el sueño o por el contrario costará despertar.
Mal humor, irritabilidad o estado de ánimo bajo.
Pérdida o exceso de apetito, alteraciones en el metabolismo.
Agotamiento excesivo.
Tristeza constante, llantos continuos.
Necesidad de aislamiento.
Pérdida de interés por cualquier actividad.
Falta de concentración.
Sentimientos de vacío.
Pensar en el suicidio.
Aislamiento.
Pérdida de la libido
A diferencia del trastorno de ansiedad, la depresión no es provocada por una alteración inmediata, sino por una carga genética o hereditaria que transforma al afectado en todos los ámbitos de su vida.
Los familiares de la persona que presenta cambios de conducta deben observar al enfermo e inmediatamente buscar ayuda ya que por lo general el afectado no acude en su propio auxilio.
Recuerda que en psiquiatras Las Palmas podrás conseguir dar respuesta a todas tus dudas y tener el apoyo necesario para salir adelante y conseguir retomar tu vida.
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